La palabra crisis a mí me suena a: alarma, socorro, fuego o peligro. Aunque el gobierno por fin la haya admitido, para la actual situación económica yo sigo prefiriendo utilizar la palabra «desaceleración». Al menos «desaceleración» puede tener una parte más positiva en su interpretación: ir más poco a poco, pararse a pensar y planear, o simplemente, tener tiempo para hacer las cosas bien.
En esta situación económica es más importante que nunca sacar el mayor rendimiento a nuestro negocio y aunque la gente ya no compra con la misma soltura, sigue comprando. Algo muy barato y eficaz que podemos hacer desde ya es atender a los clientes con una sonrisa optimista. Este sería mi primer consejo para hacer el buen retail en 2009:
Imaginaros un cartel en la puerta de vuestra tienda (o ponerlo realmente) que diga:
«En este establecimiento no dejamos entrar la Crisis» o «Rogamos deje la Crisis en la puerta».
Eso es lo que debemos tener en mente, y sobretodo lo que debemos conseguir transmitir a nuestros clientes. Están hartos de ver y sufrir la crisis por todos lados, démosles un respiro. Han venido a nuestra tienda a curiosear, a pasar el rato. Que ese rato sea agradable, y no piensen en la crisis. Así por otro lado, hay muchas más probabilidades de que nos compren algo.
Querida Sashka me hace mucha ilusión que tengas un blog y que puedas dilucidar sobre el mundo complejo de los negocios.
Me gusta que seas optimista, y que estés disconforme con la palabra crisis.
Pero desgraciadamente estamos en un momento en que la economía, asentada en lo que parecía una columna rígida y potente, como es el capitalismo, se está desquebrajando. Hay muchos índices que apuntan hacia unos tiempos durísimos. Este año llegaremos al 20% de parados, los bancos muchos están a punto de la bancarrota, hay mucho gente que se ha enriquecido de manera absurda y desproporcionada , (acabando en parte con muchos recursos) cada vez hay más pobreza…
Sashka todo pinta mal, pero ha sido consecuencia proporcional a la abundancia en la que vivimos durante muchos años, toda época de esplendor acaba en una decadencia muy fuerte. Es verdad que los romanos, por ejemplo, tardaron unos cinco siglos en entrar en la decadencia, pero vivían en un mundo en que las cosas, como bien ya sabes, iban muy despacio. Ahora todo va acelerado.
Aunque parezca un poco masoca, me alegro que estemos en CRISIS. Y te diré el porqué. Cuando el ser humano se ve en peligro, y ve que su mundo aparentemente tan bien sustentado, empieza a declinar, empieza a preguntarse y a interesarse sobre cosas que antes no le daba ninguna importancia, (fíjate en una parte de la sociedad americana, que después de los atentados del 11 S, se dieron cuenta que existía un mundo exterior, y sobretodo una parte del mundo que los odiaba), se mira por dentro, y algunos (ojalá que todos) se dan cuenta que toda acción conlleva una consecuencia.
Ahora llega una época de profunda reflexión, de que nos demos cuenta de una puta vez que vivimos en una burbuja que la mayoría de personas que pueblan el mundo jamás conseguirán ni acariciarla. Que nos volvamos más comprensivos con las cosas que nos rodean, que dejemos de mirarnos el ombligo,… y que vuelvan valores (y no quiero sonar carca) que se perdieron por el camino.
Lo que más me enfurezco es que yo he participado, encantado con la melodía de la flauta del consumismo, que todo era posible. Somos una sociedad endeudada hasta las cejas. Y ahora nos rasgamos las vestiduras. Cómo pudo pasar? Pero si yo…?
Quizás esta crisis nos acerque más a la realidad global en la que vivimos. Y entre todos (será difícil) podamos confeccionar un mundo, en que la vida sea posible, entre todos los seres que lo configuramos. No sólo entre los que nos creíamos los bienaventurados y los poseedores de la verdad.
Todo acaba… Sashka, pero también renace, a ver si este árbol que plantamos torcido y tan apartado de la luz, lo arrancamos de raíz, y plantamos uno bien recto, en medio del mundo, y que sus ramas se extiendan a todos los lugares.
Besos
Carles de Gispert
Carles,
¡Muchas gracias por tu elocuente comentario! En el fondo creo que tu visión es también optimista y también la comparto en parte. No era mi intención negar la realidad, pero considero que en un negocio no podemos ponernos a llorar, ni ser presas del pánico general, sino hacer las cosas mejor que nunca. Y entre todo lo malo que dicen que nos espera, yo creo que hay un lado bueno: desacelerarse y tomarse el tiempo para hacer las cosas mejor, innovar, diferenciarse, reinventarse.