Hace poco he conocido una frutería de barrio, que por alguna extraña razón siempre está llena de gente. Aún así, y a pesar de las pequeñas colas en ese espacio reducido, dónde se tropiezan los clientes con los muchachos que van reponiendo las frutas y hortalizas, he seguido comprando allí y probablemente lo seguiré haciendo....